jueves, octubre 18, 2007

Una ilusión...

Madrid se ha despertado color ocre, en sus calles vacías se oye el tintineo de unos tacones que empujan un bebe albino, unas manos arrugadas cuelgan camisas blancas en el quinto... el suelo aún está mojado de las mangueras de la madrugada, las tenues luces de los coches aún parpadean y los frenos del 146 queman mis oídos...
- Qué manos más frías!... ¿Quieres un truco de magia?...
- Vaal... (Es que el otoño se ríe de mí si llevo guantes, además, solo me quedan de la mano izquierda...)
- Coge una carta, ¿ésa?, ¿seguro?
- Sí... (Creo que sí...)
- Escóndela donde quieras.
- Ya... (No importa dónde la esconda, ¿verdad? la vas a encontrar...)
- ¿Es ésta tu carta?
- Sí... No me lo cuentes, nunca...

Una vez conocí a un mago que decía haber perdido la magia... Viajó a través del Atlántico para recuperar un don con el que nació y es que hay personas que traen una varita mágica debajo del brazo...

Madrid se ha despertado con campos de trigo en sus adoquines, en la calle resuena un tintineo de campanas, el último camión de helados del verano... los ojos de Ángeles, han visto cincuenta días como hoy y brillan mientras una mariposa azul coloca la última pinza de madera, esta noche han debido llorar las hadas, mis pies aún sienten la humedad... el tren con destino a Nunca Jamás acaba de dar su último aviso...

Estan lloviendo ilusiones, suenan a pequeños papeles de regalo, huelen a seda, bailan y deslumbran en bermellón, a carcajadas... cosquillas entre mis dedos... ¿podéis verlo?

martes, octubre 02, 2007

Estoy lista... nos vamos?

Soy de esas personas que caerían por el precipicio por no dañar tu mano, una de esas niñas que no lloran si les quitas el caramelo o si cayó el helado a la arena y no hay más.
Soy la última de la fila y cuando llego, ya no quedan...

A veces soy Alicia de merienda eterna, claro que quiero más té, si aún no he tomado... Otras, cenicienta con tres madrastras, a veces Amelie sin fotos...
De esas chicas con las que tropiezas y desde el suelo, te sonríen, de las que se levantan como si el mundo no estuviera ahí, disimulando...
De esas que cruzarían el desierto desangrándose solo porque me quieras, soy esa que sujeta la puerta, a la que nunca pides la vez...

No tengo sueños que puedan romperse, nunca quiero nada que no me hayas dado ya, odio el egoísmo sobre todas las cosas, pero no vine a luchar contra él.

Soy tonta, pero solo si tú crees que no lo sé... Siempre pensé como Neruda, en un beso, sabrás todo lo que he callado.

Yo llevo un me voy en los labios, la nada en las manos, sé de qué huyo, aunque no sepa lo que busco, mi tormenta argentina ya lleva su caja de lápices de colores y seguro que no olvidó el bermellón.

Estoy lista, nos vamos?